Iurgi de excursion

20 febrero 2016

Este de Java - Abril 2015

Para variar voy bastante retrasado subiendo fotos e historias de viajes y otros. Así que aquí va como pasamos la semana santa del 2015. Argoitz y Joana me comentaron que tenían también un día libre (yo dos) y que iban a hacer un viaje al este de la isla de Java, a visitar un par de volcanes. Ver vuelos, conexiones, posibilidades de plan adicional el día extra para mí... ¡Apuntado! Vuelos HK - Jakarta - Surabaya y juntarme con ellos dos directamente en el aeropuerto, después de haber estado tirado unas horas por el suelo. Quería cogerme una habitación en el hotel que se suponía había por allí, pero el servicio en Indonesia siempre deja que desear, y no hubo manera de hacerlo. En el mismo aeropuerto nos recogió el guía y conductor que nos llevaría de excursión los tres días.

El primer día fue principalmente de coche. Primera parada para ver desde las alturas una de las junglas donde se produce el café más caro del mundo: Kopi Luwak. Para resumirlo mucho por allí hay unos animalillos que se atiborran de las frutas del café y van defecando por los alrededores el grano no digerido, pero modificado por las encimas de su estómago, dándole un sabor característico. ¿Una taza le apetece a alguno? El kilogramo puede llegar a costar 400 euros. Así que no es una tontería.

De allí a comer junto a una playa sin mucho misterio. Como la mayoría de playas que hemos visto, fuera de las zonas turísticas, bastante poco cuidada... Y última parada del día en Sempol. Un pequeño pueblo con poquito que ver más que una cascada bastante potente.

El verde creciendo por todas partes.

No tiene que ser nada divertido verse metido en ese caudal.

Volver del tranquilo paseo. Cenar y dormir antes de atacar el volcán que estaba allí mismo. Un trayecto corto de carretera y llegar al punto donde comenzaba la caminata. Bastante gente. La mayoría de ellos locales. En cuanto nos pusimos en marcha, dejamos a la mayoría detrás. Llegar al punto más alto y bajar dentro del crater con docenas de luces que nos seguían por detrás.

Llegando ya a los "adentros" ponernos las máscaras anti-gas y preparar las cámaras.

El volcán es, aparte de un punto turístico, una mina en donde trabajan los lugareños. Metal en mano picando la roca.

Y sacando el azufre que utilizan para bastantes cosas, incluido hacer figuritas a intentar vender a los turistas allí mismo.

Cada poco el viento cambia y una nube de humo de azufre lo tapa todo. Nosotros, incluso con máscaras bastante mejores que la mayoría allí, tosiendo y los ojos llorosos. Por lo oído parece que las condiciones de vida de los mineros son bastante duras. Con una esperanza de vida que no llega a los cuarenta... Mientras tanto los turistas disfrutando de las vistas por un día.

El fuego azul que creo se genera al entrar el azufre en contacto con el aire, creando una especie de lava y llamas de ese color.

Mala comunicación con el guía o algo, pero nos olvidamos del lago y fuimos para arriba con la esperanza de ver el amanecer desde la punta del cráter. Poco interesante con exceso de nubes. Y para abajo junto a alguno de los mineros.

Y turistas, sacándose "selfies" con "estilo"...

Las vistas no eran nada malas, aunque la neblina no permitía sacar fotos demasiado buenas.

Y llegar al comienzo/final.

De allí a la verdadera aventura en Indonesia: su comida.

Pero esta vez no tuvimos demasiados problemas. Solo el exceso de grasas habitual. Pronto a la cama, porque tocaba despertarse de nuevo mucho antes del amanecer. La luna reflejada en charco del hotel.

Coger un 4x4 que nos subiría montaña arriba. Mucho tráfico. Lentos, prácticamente parados, en algunas partes. Demasiado rápido en ciertas zonas de curvas. Pero llegamos de una sola pieza al mirador desde donde veríamos amanecer sobre Mount Bromo. Allí lo suficientemente pronto como para ponernos delante y poder jugar con la cámara. Foto hora antes del amanecer en automático.

Nada a ver, más o menos como lo veíamos nosotros. Pero si cambio un poco la exposición.

Ya se veía el perfil de las montañas y parte del cielo. Poniendo la cámara a toda su potencia.

¡Magia! :D Se la enseñaba a todos y bromeé diciendo que nos podíamos ir ya. Dudaba mucho que tras el amanecer, para el que quedaban todavía más de 50 minutos con bastante frío, la foto mejorase. Obviamente no lo hicimos y nos quedamos a verlo. Entre nubes ahí que aparecía el sol.

Y empezábamos a ver con nuestros propios ojos el pueblo abajo.

Y el volcán.

Me sigo quedando con la foto "trampa", sobre todo en alta definición viendo el original en el ordenador, con el camino de luz de la carretera, las estrellas... Argoitz y Joana decidieron hacer un poco el local.

Y con el 4x4 abajo al valle, desde donde se anda hasta la base del cráter o también se puede ir a caballo.

Un camino con extrañas figuras.

Y el calor que empezaba a notarse ya.

Escaleras para subir al cráter.

Desde donde ver el volcán activo.

Figuras a las que pedir que protejan de las fuerzas de la naturaleza. En este caso Ganesha, si no estoy equivocado.

Hacia afuera un mar de ceniza.

Decidimos salirnos del mogollón de gente y subir por el borde del cráter.

Mucho mejor aquí.

El vídeo da un poco más de sensación de lo que es aquello.

Mount Bromo

On the rim of Mt Bromo

Posted by Iurgi Ruiz De Gauna on Saturday, January 9, 2016

Volver a la realidad, escaleras abajo.

Caballo/andar y empezar el regreso a la ciudad.

Argoitz y Joana acababan el viaje con esto. En mi caso originalmente tenía pensado hacer rafting en los alrededores. Pero la compañía que me lo tenía que organizar se lió bastante y decidí hacerlo fácil: volver con ellos dos directamente a Surabaya y buscarme entretenimiento allí. Por todos los lados leía que una de las cosas a hacer era jugar al golf. Pasatiempo bastante arraigado en todo el país, pero aquí incluso más. No había jugado en mi vida, así que ¿por qué no? Una cosa más a probar. Hablar con el jefe del hostal donde me quedaba la noche, que chequeó dónde podía ir. En internet verme unos cuantos tutoriales de como agarrar los palos y poquito más. Casualidad un polo con cuello (que había utilizado en la oficina el día que cogí el vuelo), pantalones de trecking caqui y zapatillas de correr por montaña que daban el pego lo suficiente como para que no me pusieran pegas con la indumentaria. Oferta especial de lunes. Dieciocho hoyos, una caddy y cochecito eléctrico en campo diseñado por Jack Nicklaus, o alguno de estos golfistas súper famosos. Y ¡a jugar!

Cuando empecé no las tenía mucho conmigo. Agarra el palo con la mano izquierda, la mano derecha luego con un par de dedos entrelazados. Alinearse con la bola y hacer un par de movimientos simulando pegar a la bola. Ponerse en posición.

Y sorprendentemente, ¡darle muy bien!

Pensaba que iba a dar a la tierra, no acertar a la bola o vete tú a saber. Pero no. Parecía hasta que sabía jugar. Mirada de aprobación de la caddy... Que no duraría mucho :P En cuanto me daba distintos palos totalmente perdido. Se supone que en función de la distancia y superficie tienes que coger un material y ángulo. Pero para mí cada nuevo palo era empezar de cero. En fins. Muchas bolas perdidas entre árboles, setos y estanques. Pero interesante como siempre probar a hacer una cosa nueva y algo que se me podría dar hasta bien, si le dedicara tiempo. Y ya con ello dar por cerradas las vacaciones yo también.

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