Iurgi de excursion

16 mayo 2008

Una ciudad que te cambia

Me di cuenta la segunda vez que volví a casa. Llevaba ya casi dos años vividos en la isla. En el aeropuerto de Londres, cola de inmigración y de repente el que estaba delante se gira con rostro enfadado, "pasa delante" en un inglés afrancesado.
Por lo visto, sin darme cuenta, estaba haciendo cola como en Hong Kong, usease, sin dejar espacio alguno, sin apenas tocarle, pero pegadito, inmerso por completo en la lectura del libro que tenía entre mis manos.

Y si a mí ya me afectaba, entonces a un local que ha vivido aquí toda su vida, eso elevado a N. Comprobado con amiga que le tocó vivir en Sydney y otra conocida en Madrid. No se sienten cómodas, no ven nada bueno en sus nuevas residencias. En Hong Kong todo es "convenient": el supermercado cerca de casa, transporte público (autobús, minibús, metro...) cada pocos minutos. Ya estoy tan metido en la rutina local que corro si oigo el metro llegar y todavía no estoy en el andén, aunque sepa que hay otro en un minuto. Sé que puerta es la ideal para salir el primero frente a las escaleras mecánicas todas las mañanas y no quedarme dentro del pelotón. Y cuando veo que en Sydney hay tiendas que no abren los domingos me tengo que recordar a mí mismo que eso era la norma en Bilbao, no eso de que los domingos abran todo, incluso con horarios más largos, o tener supermercados, minibuses, etc. 24 horas todos los días de la semana.

Te acostumbras a no utilizar monedas, la tarjeta de débito/crédito para las compras grandes y la octopus para las pequeñas, el transporte público, la piscina, las máquinas expendedoras...
Beber agua hervida o embotellada, nada del grifo como toda la vida.

Te parece normal que el precio de una comida sean 3 euros y que para cenar en un sitio un poco más selecto, pero a veces incluso menos rico, eso se multiplique por 20. Que los occidentales vayan a China a comprar cosas falsas, desde relojes a bolsos pasando por mil objetos, y los chinos vengan a Hong Kong a comprarse Louis Vuittones a 1.000€. Que los alquileres suban un 20% de un año al otro y al siguiente otro 30% y que pase algo (SARS, etc) al tercero y caigan de nuevo. A que la inflación pueda ser negativa.

Tener un amig@ que tenga un trabajo a tiempo completo y dos a tiempo parcial, trabajando de lunes a domingo, y encima haga mil cosas más. Poco a poco te vas estresando tú también y no sabes por qué…

Seguridad. Los HongKongeses se sienten inseguros fuera de Hong Kong. Acostumbrados a medidas de seguridad por todas partes, cámaras en ascensores, portales, porteros 24 horas en todos los edificios. Incluso su misma ciudad les parece relativamente insegura, esa misma en la que me he olvidado ya la cartera un par de veces y me han perseguido para devolvérmela, o aquella cartera con 600€ que estuvo intacta durante medio día. Así que fuera, todo es peligroso. En mi caso está consiguiendo que sea incluso más desastre que antes, me olvido de todo, no cierro la mochila (lo que lleva a que siempre alguien se me acerque a decírmelo con cara de "cuidadoooo, eso es peligroso!!" y yo mientras pensando "pero si esto es Hong Kong!") y varios.

El espacio es un lujo y como tal prescindible. Se hace cola pegado al anterior, incluso en el cajero automático.

Vivir en apartamentos minúsculos es la norma, creo que ya he contado anteriormente lo de los 14m2 del apartamento de una buena amiga. Y si hay más espacio, bien, pero los locales no lo disfrutan realmente. Que haya parques, espacio al andar por la calle, una playa para ti solo, tampoco es para tanto. En mi caso he descubierto que ya mi casa ideal entra de sobra en 50m2, tal vez 40 ;-P Y cuando veo tanta casita unifamiliar en Sydney se pasa por la cabeza “cuanto espacio desaprovechado!”.

Las buenas maneras cambian. Si se tropieza con alguien en la calle, incluso si uno tira al otro al suelo, no hay ni un "perdón". Yo he llegado a derribar a alguna (cosas de que no anden en línea recta y que peso algo más de lo que aparento) y para cuando iba a ayudarla y decir algo ya estaba yéndose como si nada. Los vecinos me siguen mirando con cara rara cuando les veo llegar al portal y retengo el ascensor por 5 segundos en lugar de presionar el cerrado de puertas. Todo lo que sea hacia afuera parece frío, se intenta no mostrar sentimientos, ni cortesía, ni una sonrisa. Aunque luego muchas veces te sitúen y solo necesiten que la conversación comience para poder mostrar interés. Gracioso alguna vez de fiesta, con chica que parecía que no se dignara a mirarnos nunca y luego descubrir que nos tenía fichadísimos, o con uno de los vecinos que vio que trabajaba para un banco español y allí que se puso a contarme que tenía de cliente al Corte Inglés y a soltar las palabras que se sabía en castellano, cuando no habíamos intercambiado palabra en los previos 11 meses de encontrarnos en el ascensor.

Ya me he acostumbrado a que la gente eructe a mi alrededor, que te expliquen que no es sano ni recomendable mantener gases en el cuerpo. “¿Que diferencia hay entre un eructo y un estornudo?” Sin comentarios… El jaleo y el ruido de los restaurantes chinos. Pegarse con los palillos y con comida que no se puede comer más que de forma poco “educada” bajo estándares occidentales.

Te deja de extrañar que comportamientos racionales se mezclen con creencias extrañas. Que alguien super preparado te suelte sin pudor que organiza su vida alrededor de las indicaciones de un libro que le dice que día es el mejor para hacer cualquier cosa, como ordenar su casa, que espíritus adorar, ciencia extraña y supersticiones embebidas en cultura milenaria.

Poco a poco, todo se va juntando y me empiezo a ver un poco hongkones para ahora. Y es que esta ciudad poco a poco te cambia…

2 Comments:

  • Iurgi no sabes lo que te entiendo... mi vuelta a casa me está costando pq me habia acostumbrado a mil cosas que aquí no existen. Los comercios cierran a la hora del almuerzo y a las 8 de la tarde y muchos sábados y domingos tambien. Lo odio, nunca llego! Aquí la gente es respondona y chula aunque lo que estén haciendo esté prohibido o mal (conduciendo por ejemplo)... Los servicios funcionan fatal en el sentido en que no hay tanta mano de obra como en china y ademas, son antipaticos. Yo sigo con mi costumbre de dar la tarjeta con dos manos y veo a los demas maleducados si no lo hacen. La comida a domicilio tarda y siempre hay un pedido mínimo; nada de pedir una ensaladita y ya está.

    Y mil cosas mas que ahora no recuerdo. En fin, que me llevará algun tiempo acostumbrarme. Todo es hostil!

    Un musu desde el sur.

    By Anonymous Anónimo, at 17/5/08 5:43 p. m.  

  • Obviamente el Beijing de Maliya también marca. Supongo que Asia en general y cada ciudad de su forma particular.

    Aunque en mi caso he descubierto, o creo al menos, que me adapto rápido.

    By Blogger iurgir, at 19/5/08 2:26 p. m.  

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